Frente al Acuerdo Constituyente informado el 12 de diciembre, como Coordinadora de Movimientos Sociales declaramos:
Desde el primer momento nos hemos pronunciado a favor de que el órgano que redacte una nueva Constitución debe ser elegido en un 100% por los ciudadanos, paritariamente, con la participación de los pueblos originarios e independientes. Estamos convencidos que los grandes problemas de nuestro pueblo deben ser resueltos de manera urgente, democrática y con la participación colectiva y representativa de nuestros territorios.
El diseño tutelar que develaron los partidos políticos, luego de meses de negociaciones entre cuatro paredes, ha resultado en un “acuerdo” totalmente antidemocrático nacido de la participación de actores sin legitimidad en la mesa de negociación, como Amarillos x Chile y Democratas, quienes se arrogaron ellos mismos la representación política de la ciudadanía a espaldas de las comunidades, organizaciones populares y movimientos sociales.
La reducción a 50 escaños de elección popular, más 24 escaños de expertos designados, contraviene la representatividad de la diversidad de los territorios y comunidades del país, así como sus demandas.
El Congreso ha demostrado una vez más que salvaguarda intereses mezquinos y calculadores en favor de los que más tienen, por lo que no muestra interés en las transformaciones profundas que se requieren para mejorar la vida de nuestro pueblo.
El “Acuerdo por Chile” incluye el establecimiento de 12 principios inamovibles que serán salvaguardados por una comisión de admisibilidad con poder de veto y por expertos cuidadosamente seleccionados que asumirán el rol protagónico en la redacción del proyecto de nueva constitución. Los representantes elegidos democráticamente sólo tendrán la facultad de aprobar o rechazar las propuestas del órgano designado, y en el caso de sugerir propuestas distintas a las presentadas en el proyecto, las posibilidades de modificación son casi nulas debido a los elevados quórums impuestos para ello. objetivo. Esto nos remite a las prácticas absolutamente antidemocráticas vividas durante la dictadura. Todos estos elementos son evidencia de la exclusión histórica que la élite política ha hecho a los sectores populares, a la democracia y la usurpación de la capacidad de autorrepresentación del pueblo.
Llamamos a alzar la voz contra quienes buscan impedir un proceso democrático para acabar con la Constitución de Pinochet y avanzar hacia una nueva Constitución para Chile que no defienda el poder y los privilegios de unos pocos, sino que ponga en el centro los derechos y dignidad de los habitantes de nuestro país.
Como articulación de movimientos sociales seguimos impulsando las transformaciones necesarias para lograr una vida digna. Hacemos un llamado a todas las organizaciones sociales, territoriales, feministas, socioambientales, sindicales, de derechos humanos, educativas, culturales y de vivienda a sumarse a este esfuerzo colectivo participando en las instancias de construcción colectiva y diálogo que estamos impulsando a nivel nacional.
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