¿Qué es el cólico?
Los cólicos son comunes: alrededor de tres de cada 10 bebés los padecen. Se diagnostica en bebés menores de 5 meses. Si bien es de esperar que los bebés pequeños lloren, si los ataques de llanto son extremos, prolongados y no se pueden prevenir o detener fácilmente, entonces se puede sospechar de cólico.
El cólico aparece sin otros signos de enfermedad o alteración del crecimiento, y puede haber signos o síntomas específicos. Éstas incluyen:
- llorar al final de la tarde o noche
- Dibujo de las rodillas hacia el vientre.
- arquear la espalda al llorar
- puño cerrado
El cólico puede ser realmente estresante y perturbador para los padres o cuidadores de bebés que lo padecen. Pero con el tiempo mejorará por sí solo y la mayoría de los bebés “lo superarán” a los tres o cuatro meses de edad.
¿Qué causa los cólicos?
Los cólicos normalmente comienzan cuando su bebé tiene apenas unas pocas semanas de vida. Aunque no se sabe exactamente qué causa los cólicos, no se cree que sea perjudicial para la salud de su bebé. Los factores principales se enumeran aquí, aunque no se comprenden completamente.
- Puede ser el resultado de contracciones anormales y señales de dolor dentro del intestino de su bebé.
- Su bebé puede tener una indigestión dolorosa o gases. Podría ser que su bebé esté inhalando demasiado aire cuando se alimenta o no haya eructado correctamente después de la toma.
- Puede estar relacionado con alergias e intolerancias alimentarias, por ejemplo, una reacción a la lactosa o a la proteína de la leche de vaca.
- Podría deberse a alteraciones en el microbioma (bacteria intestinal) de su bebé.
Hay otras cosas que parecen aumentar el riesgo de que su bebé desarrolle cólicos. Por ejemplo, fumar durante o después del embarazo duplica el riesgo de que su bebé desarrolle cólicos.
¿Cómo se diagnostica el cólico?
Los cólicos generalmente se diagnostican después de descartar otras posibles causas del llanto de su bebé.
Esto significa que su visitador sanitario o médico de cabecera querrá examinar a su bebé para detectar signos de cualquier problema de salud que pueda estar angustiandolo. Le harán preguntas sobre el llanto de su bebé, como cuándo tiende a llorar, durante cuánto tiempo y con qué frecuencia. También querrán hablar contigo sobre cómo se alimenta tu bebé, su patrón de sueño y si has notado sangre en sus heces.
El llanto excesivo puede ser una señal de que su bebé se siente incómodo por muchas razones, como por ejemplo:
- estar frío
- tener un pañal mojado
- al tener hambre
- estar adolorido por la dermatitis del pañal
- ocasionalmente un signo de un problema médico (por ejemplo, una infección de oído o urinaria)
Pero si el llanto de su bebé se debe a un cólico, por lo demás debería parecer sano, alimentarse bien y ganar peso. Si le preocupa el llanto de su bebé, hable primero con su visitador sanitario o comuníquese con su médico de cabecera.
Consejos para calmar a tu bebé
Hay diferentes cosas que puedes probar que pueden ayudar a reducir los cólicos y calmar a tu bebé. Es posible que también tengas que probar algunos métodos para ver cuál funciona mejor. A continuación se muestran algunas cosas que podría hacer.
- Sostener a su bebé durante el episodio de llanto.
- Ponga música relajante, cante o hable con su bebé.
- Asegúrate de prestarle mucha atención a tu bebé, pero a ser posible sin sobreestimularlo. Tóquelos o mézalos, camine o juegue con ellos; asegúrese de tener también mucho contacto visual.
- Usar “ruido blanco”, por ejemplo el ruido de una aspiradora o una lavadora, o del agua corriente.
- Hacer movimientos suaves, como empujar a su bebé en su cochecito o mecer su cuna.
- Darle a su bebé un baño tibio; el agua tibia puede resultar reconfortante.
Alimentando a tu bebé
Normalmente, no es necesario realizar ningún cambio en su dieta si está amamantando, ni en la fórmula de su bebé si lo alimenta con fórmula. No hay pruebas fehacientes de que esto ayude a la mayoría de los bebés con cólicos.
Pero si los cólicos de su bebé son graves o si también tiene síntomas de asma, eccema o fiebre del heno, hable con su visitador sanitario o médico de cabecera. Ellos le aconsejarán si necesita realizar algún cambio en la dieta.
Cuidarte a ti mismo
Cuidar a un bebé con cólicos puede resultar muy perturbador y desafiante para cualquier padre o cuidador. Puede resultar agotador física y mentalmente lidiar con el llanto constante. Es importante cuidarse, buscar apoyo y tomarse un descanso.
Puede que le resulte útil pedirle a su pareja, a un familiar o a un amigo que se haga cargo durante una o dos horas, para que usted pueda descansar adecuadamente del llanto de su bebé. Trate de tomarse un tiempo para descansar cuando su bebé esté dormido.
También es bueno salir y conocer a otros padres con bebés de edades similares, así que pregúntele a su visitador sanitario sobre los grupos de bebés locales.